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Usar el orinal por la noche Consejos útiles para la hora de acostarse
Potty training at night
Enseñar a tu peque a usar el orinal es una de las tareas más importantes que tienes como padre o madre. Conseguir que el día transcurra sin «accidentes» es todo un hito para los padres y para su hij@. Pero, ¿qué ocurre cuando tu hji@ se acuesta y debe aguantar toda la noche sin mojar la cama? Estos útiles consejos te ayudarán en la transición al uso del orinal por la noche y hacen posible que padres e hijos disfruten de un sueño reparador.
1. ¿Está preparad@?
Enseñarle a usar el orinal durante el día y hacerlo por la noche son dos historias completamente distintas. El hecho de que tu peque ya sea un expert@ en el control diurno no significa que esté preparad@ para dormir sin pañal toda la noche.
Un buen indicador de que ya está preparad@ es que se levante seco por la mañana (y esto se repita durante varias semanas). Puedes utilizar este avance como punto de partida para iniciar el «entrenamiento» nocturno.
2. Establece una rutina
La rutina nocturna es sencilla. Asegúrate de que tu hij@ vaya al baño justo antes de saltar a la cama. Asegúrate de que intenta hacer pipí, aunque te diga que no tiene ganas. Recuérdale que tiene que escuchar a su cuerpo, incluso cuando está dormido. Y que si le entran ganas tiene que levantarse de la cama e ir al baño.
Instala luces nocturnas en el pasillo y en el baño más cercano y hazle que practique a levantarse de la cama e ir al baño. Incluso puedes comprar una linterna especial para que la utilice para ir al baño por la noche.
3. ¿Debería despertarl@?
Algunos padres afrontan el «entrenamiento» nocturno poniéndose alarmas y despertando a su hij@ a la misma hora todas las noches para que su cuerpo se acostumbre a despertarse para ir al baño. Algunos padres levantan a su hij@ cuando ellos se van a la cama para que se siente en el orinal. Otros padres nunca despiertan a su hij@.
Si crees que tu hij@ está list@ para aguantar seco toda la noche, prueba a quitarle el pañal unos días. Si se producen «accidentes» con frecuencia, puedes empezar a despertarl@ para que vaya al baño o dejar el «entrenamiento» nocturno para más adelante.
4. ¿Deberías dejar de darle líquidos por la noche?
Algunos creen que lo mejor es eliminan todo tipo de líquidos después de la cena. Otros padres envían a sus hijos a la cama con una botellita de agua. ¿Qué solución hará que tu hij@ aguante toda la noche seco?
Según WebMD no es necesario restringir en exceso la ingesta de agua y otros líquidos, pero tal vez valga la pena controlar el consumo de líquidos de tu hij@ durante la cena y después de esta si continúa mojando la cama.
Pero recuerda que el hecho de que tu hij@ moje la cama no se debe a que tenga la vejiga llena por la noche. La razón es que no se despierta para ir al baño.
5. Idea para cuando moje la cama
A nadie le gusta ponerse a cambiar sábanas en mitad de la noche cuando podría estar durmiendo... Cuando empieces con el «entrenamiento» nocturno, hazte un favor a ti mismo e invierte e una (o dos) sábanas impermeables. CONSEJO: También te puede servir un mantel de plástico.
Coloca una sábana impermeable sobre el colchón y cúbrela con un juego de sábanas (ajustable y/o encimera). A continuación coloca otra sábana impermeable y otro juego de sábanas.
Si tu hij@ tiene un «accidente» en mitad de la noche solo deberás quitar el juego de sábanas y la sábana impermeable superiores y tendrás la cama lista con sábanas limpias. (Tu hij@ y tú estaréis de nuevo en la cama y soñando mucho antes).
6. Establece tus expectativas
Cambiar las sábanas todas las mañanas y que tu hij@ no se acuerde de lo que ha pasado puede resultar frustrante. Tu paciencia y tu gracia son cruciales para esta transición nocturna, porque no quieres que tu hij@ se vaya a la cama con miedo a hacer algo mal o a defraudarte.
Este es también el momento de decidir si tu hij@ está realmente preparado para el «entrenamiento» nocturno. Retrocede y lee el párrafo 1 para asegurarte de que tu hij@ está realmente preparad@, antes de que acabéis todos estresados y agotados.
Por otra parte, no dudes en consultar con tu pediatra si esto se convierte en un problema constante.